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Ayde Paz de Archila

Guatemala
63 años


 "A lo largo de mi vida ha sido una pasión poder servir y trabajar en la misión que Dios nos encomendó. Un momento muy difícil fue cuando me diagnosticaron una enfermad incurable llamada blefaroespasmo esencial, lo que producía que me quedara sin visión, hasta llegar a un punto donde necesitaba que alguien me ayudara en lo que hacía diariamente, fueron tres años muy difíciles, luego de orar arduamente y confiar en Dios, el hizo un milagro en mi vida, milagro que desato una inmensa gratitud a mi Señor y el despertar en mi corazón a aprovechar los días y años que Dios me da de vida pudiendo ser útil en la obra misionera. Meses después reaccionando al llamado misionero, nos informaron de un viaje a Colombia, en el área de la tribu de los piapocos. Me enlisté para ir al viaje misionero con la fe que Dios proveería cada recurso que se necesitaba. Dios fielmente proveyó todo sin que me hiciera falta nada durante la misión. Al momento de llegar a la comunidad serví en el área de cocina, me siento privilegiada por haberles servido a los misioneros preparando los alimentos mientras que ellos estaban trabajando en otras áreas. La experiencia es algo único que no tiene precio, para ir al campo misionero solamente necesitamos tener un corazón dispuesto, no importante el don o talento que tengamos, puesto que todos somos útiles al momento de servir. Colosenses 3:14-15, 3:23-24"