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Naiky Villalaz

Panamá


¡Formar parte de la misión es un privilegio! Cuando te dispones a trabajar en la misión de Dios es cuando Él empieza a trabajar en tu vida, a moldearte. Esta fue mi primera vez en un viaje misionero a corto plazo a una comunidad indígena, yo también soy indígena y es algo que necesitaba experimentar y conocer. Dios trabajó mucho en mi carácter y en que yo pudiera entender que su Misión es más amplia, Él es el protagonista, nosotros somos los pies y las manos de Dios para llevar las Buenas Nuevas Trabajar con la comunidad indígena Achagua dejó una carga en mi corazón porque había sordos y mudos, quería hablar con ellos pero no podía porque no sabía el lenguaje de señas. Dios me inquietó, no podía decirles ni la palabra mas sencilla. Fui desafiada y confrontada, sé que hay que hacer algo más de lo que hasta ahora he hecho. Dios sigue trabajando en mi, estoy buscando talleres donde pueda aprender este lenguaje. Recuerdo lo que dice Mateo, la mies es mucha y los obreros son pocos. Creo que el Señor quiere que de algo más de lo que he dado hasta ahora. ¡Es una experiencia linda e inolvidable, quisiera volver y poner en práctica los dones y talentos que Dios me ha dado!