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El nuevo obrero iberoamericano

Por: Levi De Carvalho – Revista SIM VAMOS – diciembre 2020

 
¿Cuál es el perfil del misionero iberoamericano que se necesita hoy, para llevar el Evangelio a los no alcanzados? En general, nuestros candidatos/ misioneros deben:

1. Usar el idioma local: Muchos de los obreros no se comunican adecuadamente en el lenguaje de la gente local. Como resultado, se quedan cortos por su dificultad de comunicarse en el idioma local. Aprender bien un idioma no es solo cuestión de tiempo o de recursos financieros. Es necesario dedicarse, convivir con los nacionales, ser disciplinado y creer que el idioma materno es la puerta de entrada al corazón de la gente.

2. Saber manejar conflictos: Un 80% de los líderes nacionales consultados afirman que nuestros obreros tienen problemas a la hora de manejar los conflictos en su relación con la gente local. Nuestros programas de capacitación deben contemplar el manejo de conflictos como una prioridad para las relaciones entre el obrero y los nacionales (o sus colegas de campo).

3. Adaptarse a la cultura: Para un 61% de los líderes nacionales encuestados, el estilo de vida de los obreros iberoamericanos que viven en sus países les parece inadecuado. El misionero que le da prioridad a las relaciones puede cubrir multitud de pecados lingüísticos por el amor que demuestra por la gente.

4. Cooperar y someterse al liderazgo nacional: Cuando se levantan líderes elegidos por Dios, el obrero puede someterse a ellos, sin temor a perder el status que ha adquirido en ese lugar. Los nacionales sabrán conducir el proyecto.

5. Ser un discípulo que hace discípulos: El obrero que no ha sido discipulado o que no ha hecho discípulos antes de ser enviado al campo tendrá mayor dificultad en desarrollar esa estrategia cuando llegue a su contexto de trabajo. Evidentemente, hacer discípulos en otra cultura conlleva nuevos desafíos, inexistentes en la cultura del misionero.

6. Ser pastor de pastores, siervo de siervos: Pastorear no es solamente enseñar, comandar, dar órdenes, ser obedecido, estar por encima de la gente; involucra, igualmente, aconsejar, dedicar tiempo y no porque estoy obligado a hacerlo.

7. Ser interdependiente: Depende de otros, tal y como otros pueden depender de él. Le damos la impresión a la gente si nos portamos como si fuéramos autosuficientes, pero en verdad, no lo somos.

8. Estar enfocado en las relaciones personales: Necesitamos la ayuda de la gente, así como ellos necesitan la ayuda que les venimos a brindar de parte del Señor. Es el modelo de Jesús.

9. Ser resiliente: La resiliencia tiene que ver con la resistencia del obrero ante las dificultades que encuentra en su ministerio y en su vida. Tiene una relación directa con sus pensamientos, actitudes, relaciones y, sobre todo, depende de su comunión diaria con Dios, en la Palabra y la oración.

10. Ser invisible: El “nuevo” obrero debe de imitar la actitud de Juan el Bautista: disminuir para que Cristo y su Evangelio tomen Su debido lugar (Jn. 3.30).