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DIOS SONRÍE CUANDO OBEDECEMOS DE TODO CORAZÓN

Tomado de: www.encontacto.org

“Enséñame tus decretos, oh Señor; los cumpliré hasta el fin. Dame entendimiento y obedeceré tus enseñanzas; las pondré en práctica con todo mi corazón”. Salmo 119:33-34 (NTV)

Dios sonríe cuando lo obedecemos de todo corazón. Eso significa hacer lo que Dios pide sin reservas ni dudas. No pospones las cosas y dices: “estaré orando por eso”. Lo haces sin demora. Todos los padres saben que la obediencia tardía es realmente desobediencia.

Dios no te debe una explicación o razón por todo lo que Él te pide que hagas. La comprensión puede esperar, pero la obediencia no. La obediencia inmediata te enseñará más acerca de Dios que una vida de discusiones bíblicas. De hecho, nunca entenderás algunos mandatos hasta que los obedezcas. La obediencia desbloquea la comprensión.

A menudo tratamos de ofrecerle a Dios obediencia parcial. Queremos escoger y elegir los mandatos que obedecemos. Hacemos una lista de los mandamientos que nos gustan y luego los obedecemos mientras ignoramos los que creemos que son irracionales, difíciles, costosos o que no son populares. “Asistiré a la iglesia, pero no diezmaré”. “Leeré mi Biblia, pero no perdonaré a la persona que me hizo daño”. La obediencia parcial es desobediencia.

La obediencia de todo corazón se hace con alegría, con entusiasmo. La Biblia dice: “Adoren al Señor con gozo. Vengan ante él cantando con alegría” Salmo 100:2 (NTV).

Esta es la actitud de David: “Enséñame tus decretos, oh Señor; los cumpliré hasta el fin. Dame entendimiento y obedeceré tus enseñanzas; las pondré en práctica con todo mi corazón” Salmo 119:33-34 (NTV).

Santiago, al escribir a los cristianos, dice que Dios está complacido no solo por lo que creemos, sino también por lo que hacemos (véase Santiago 2:24).

La Palabra de Dios es clara en que no puedes ganar tu salvación. Viene solo por gracia, no por tu esfuerzo. Como hijo de Dios, puedes dar placer a tu Padre Celestial por medio de la obediencia. Cualquier acto de obediencia es también un acto de adoración.

¿Por qué la obediencia agrada a Dios? Porque demuestra que realmente lo amas. Jesús dijo: “Si me aman, obedezcan mis mandamientos” Juan 14:15 (NTV).