Por: Guido Maldonado - Movida Chile

En la Posmodernidad los valores y prácticas de la religión, la creencia, la fe y la espiritualidad dejan de ser relevantes es por lo que el cristianismo del siglo 21 es tan diferente a los siglos que nos precedieron.

El hombre posmoderno se inclina a favor del pluralismo, de la diversidad y de la satisfacción inmediata.En la era donde se persigue como valor supremo el confort y el placer, hablar de misiones parece una locura, algo que se hizo en el pasado como muestra de obediencia y llamado, hoy es un idioma nuevo de algún fanático religioso, o de un despistado que tiene ganas de vacacionar en un destino exótico.

Podríamos decir que la vida que hoy tenemos llena de distractores como los centros comerciales, las redes sociales, netflix, spotify, amazon, etc. nos han alejado del propósito principal de la existencia de la iglesia en la tierra.

Hoy cuando las posibilidades del mundo moderno y globalizado nos dan la facilidad de viajar de forma tan asequible a cualquier punto del planeta tierra,pareciera que no hay necesidad de llevar el evangelio de Jesús a los pueblos y naciones donde no se ha proclamado la palabra de Dios. 

La obra evangelistica y misionera nunca fue una opción para la Iglesia de Cristo, verlo de esta perspectiva es indudablemente un error de gravísimas consecuencias.

Es urgente y fundamental el poder comunicar el evangelio a todo pueblo, lengua y nación, necesitamos llevar las buenas nuevas a aquellos que están en oscuridad y que vagan como ovejas sin pastor.

De acuerdo con un estudio de Barna.com publicado en Marzo 27 de 2018, se reportó que el 51% de los cristianos que asisten a la iglesia no conocen lo que es la gran comisión. Solo el 17% declararon ser consientes de lo que es la gran comisión según Mateo 28, Id, y haced discípulos…

¿Que es lo que el 51% de los cristianos del siglo 21 ignora.?

El señor Jesús nos  dijo en Mateo 28:18-20: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

 El “Id” del Señor Jesús no fue una opción para los discípulos, lo vieron como un mandato supremo que había que obedecer lo antes posible.  Hoy debemos ver este pasaje de las escrituras como causa de gozo para nosotros ya que alguien en el pasado obedeció este mandato y nos compartió el evangelio que transformo nuestras vidas, pero lamentablemente paraotros, aunque saben que aparece en las Sagradas Escrituras, no tienen la menor idea de lo que es, o de qué se trata.

Este mandato si bien es cierto fue dado a doce discípulos, no fue un mandato exclusivo y nunca tuvo fecha de caducidad. Todo aquel que se haga llamar cristiano le debe preocupar de que hoy en día existen hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños que necesitan ser salvos por la predicación del evangelio. Sin embargo, no han sido expuestos a la razón primordial por la cual Cristo murió en la cruz. No saben que fueron salvos para que otros vengan al conocimiento de Cristo y sean discipulados para la obra evangelística.

Al conocer esta realidad no podemos quedar impávidos frente a la verdad, esto debe comprometer nuestro cristianismo no solo desde el conocimiento sin llevar estas verdades eternas a la vida practica, es por esta razón que debemos hacer un análisis profundo de nuestras convicciones y preguntarnos: ¿estoy obedeciendo al llamado Divino de “ir y hacer discípulos”?¿he sido fiel al mandato de Dios?

Si tu respuestas es un no, no te desanimes, mi intención no es que te sientas mal de forma gratuita, la idea es que puedas tomar conciencia de la responsabilidad que Jesús nos ha dejado, es el llamado de ser reconciliadores de hombres con Dios.

Las naciones aun esperan,  la palabra nacióncontempla, ciudades, pueblos, tribus, etnias sin acepcióny esto será imposible de que ocurra si no estamos dispuestos a ir y compartir el evangelio con otros.

¿Pero por que hay tanta urgencia en la obra misionera?

Romanos 10:14 nos dice: ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

El mundo posmoderno y su gente esta sediento de encontrar la paz que solo Dios puede dar, lamentablemente buscan en lugares equivocados, en pozos secos. Son almas insaciables que están dispuestas a pagar cualquier precio por libertad y amor, pero entre mas buscan,mas sedestruyen. Como hijos de Dios sabemos que la única fuente de verdadera paz, amor y libertad se encuentra en Cristo. Estas personas se dirigen a una eternidad sin Dios, una eternidad  de sufrimiento y dolor, sin el evangelio no  podrán ser salvas ni en esta vida ni en la venidera.

Hay miles y miles de personas que necesitan urgentemente escuchar las buenas noticias de Jesús, hoy seguimos con la misma disyuntiva que nos plantea el Señor en Lucas 10:2  “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.”

El llamado de Dios a su misión es confrontacional, ya que nos desafía salir de la zona de confort y comodidad y movernos a un escenario hostil, nos desafía a salir de la burbuja que muchas veces son nuestras comunidades cristianas. Hoy vivimos en una cultura globalizaday esto produce la falsa sensación de que no es necesario salir ya que todos los habitantes del planeta tierra tienen acceso a internet y a la información, pensar de esta manera es un error ya que hay muchos que no han escuchado jamás del evangelio (aunque sea superficialmente).

En conclusion:

La obra misionera debe estar en el corazón de los creyentes. Si uno realmente es salvo, quiere que todo el mundo sepa de la obra de Cristo. Así va a estar dispuesto a hacer lo que puede por el bien de la obra. Si tratamos de obligar a los creyentes a hacer su parte; esto produce rencor y un mal espíritu, si su corazón no está en la obra. La obra misionera no sufre por falta de recursos; sufre por la falta de voluntad. Entrégate a Dios de todo corazón, y dentro de poco vas a saber lo que tú puedes hacer en la gran obra misionera.

Familia Maldonado Lara de Misiones a Panama

“Cuando tú quieras, donde tú quieras y como tú quieras.”

Entender que fuimos rescatados y escogidos por Dios para vivir para su gloria es un tremendo privilegio, pero también una gran responsabilidad. Entendemos que la plenitud del cristiano se encuentra en Dios y es por esta razón que para nosotros el servicio no es una carga, sino una bendición.

En el año 1997 cuando apenas tenia 17 años tuve la posibilidad de poder participar como campamentista en Marchad 97, campamento de Melipilla lo que hoy es CIMA, fue en ese lugar al escuchar la voz de Dios en las exposiciones de los oradores donde pude entender que Dios tenia un llamado para la misión en mi vida. Hoy cuando han pasado mas de 20 años se cumple ese llamado no solo para mi, sino para toda mi familia y es servir en la movilización misionera en Movida Panamá.

Como familia a lo largo de nuestro matrimonio hemos servido en distintos ministerios, siendo líderes de jóvenes y trabajando en misiones urbanas. Además, en los últimos años plantamos y pastoreamos una iglesia en Santiago, la capital de Chile.

Para nosotros la familia Maldonado Lara es un gran gozo este nuevo desafío. Dejaremos nuestra cultura, familia, hermanos y posesiones en Chile,  para sumarnos a la misión Dios. Hemos dicho si para servir moviendo vidas en Panamá.

Decimos : Heme Aquí.

Guido (40) Ely (39) Amelí (13) Tomás (9)

 

Será su nombre para siempre,

 Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.

 Benditas serán en él todas las naciones;

 Lo llamarán bienaventurado.

(Sal 72:17)

 

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